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martes

¿Eso fue amor?

Hubo una vez, una joven mujer que carecía de belleza física. Era tal su convencimiento que se fue convirtiendo en entrovertida. Lo único que tenía libre albedrío en ella eran sus sueños... que apareciera un Ada y con su barita mágica la convirtiera en una mujer bella y poder así encontrar su príncipe. 

Una noche sus amigas que se reían de sus miedos porque la consideraban hermosa como persona y por eso la amaban, la obligaron a ir a una fiesta.  Contra su voluntad se vistió con sus clásicos jeans y una camisa, disimulando su formado cuerpo y asistió...
Pasada las 12  lo vio entrar, era un muchacho hermoso, rubio y de ojos del color del cielo, él saludó a los conocidos y se dirigió a ella para presentarse.
Esa noche conversaron mucho, bailaron lentos... ella apoyada en su pecho tenía miedo de que él escuchara el latido loco de su corazón y consiente de que podía ser la única vez que se perdiera en esos brazos, se permitió soñar un futuro juntos, mientras el aroma importado de él amenazaban con hacerle perder el conocimiento.
Los días pasaron y siguieron viéndose, él la iba a buscar al trabajo, pasaban juntos cada momento libre que tenían.
Después del primer beso vino la "piel", esa conexión de delirio que pocos encuentran al hacer el amor.
Poco a poco fue perdiendo ese complejo de fealdad... el amor la hizo ver hermosa, radiante de felicidad.

Un día él propuso que se fueran a vivir juntos... y ella aceptó. Siguieron conociéndose, él dibujaba el futuro y ella lo pintaba. Sobrevivieron crisis que ayudaron a fortalecer esa unión.
Por cuestiones laborales de él, tuvieron que emigrar hacia un futuro incierto... pero juntos. Conocieron varios lugares, vivieron épocas de bonanza... pero cada vez ella veía alejarse más esos proyectos que él le había prometido.
Se negaba a aceptar que fuera todo una mentira, de sólo mirarlo se le seguía derritiendo el corazón... y él lo sabía.

Ella ya no trabajaba, sólo estaba pendiente de los caprichos de su amado. Si él la veía triste sabía muy bien cómo alegrarla... volvía a hablarle de esos dibujos que pintaron juntos... y que cada vez estaban más cerca de poder cumplirse.
Y así... fueron pasando los años, el largo tiempo de ocio la llevó a confundirla cada vez más hasta el punto de perder su identidad... era una marioneta manejada por las hábiles manos de un manipulador.

Una mañana despertó manchada en sangre... estaba sola, asustada se levantó sin entender lo que pasaba. Se desnudó y al mirarse en el espejo descubrió que la herida provenía del corazón.
Intentó levantarse, pedir ayuda... pero él no respondió... estaba sola, como lo estuvo siempre, desde el día en que lo conoció. Con la diferencia que ahora tenía muchos años más, todavía esperaba la llegada de los hijos de ese amor, que por cualquier excusa tonta él iba postergando y ella aceptó.
Se dejó caer al piso... cansada... desilusionada... frustrada por ese Dios que ella creó.
"¿Realmente esto es el amor?". "¿Tan necesitada estuve de afecto hasta llegar en dónde estoy?".

Cuando él llegó al hogar... no lo estaba esperando como siempre, la llamó, la buscó... la encontró en la habitación.
Nunca se dio cuenta él por qué ella jamás se levantó, pensó que era jaqueca o quizás para llamarle la atención.  Le dio un beso en la frente y volvió a salir no sin antes susurrarle al oído "te quiero... nunca lo olvides" y desapareció.
Ella hacía tiempo que había dejado de escuchar... poco a poco se fue consumiendo... cada día un poquito más.

Cuando él volvió a aparecer la encontró acostada en el mismo lugar.  Recién ahí se dio cuenta... que ella ya no estaba más.

Su-Saraza  
  

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