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martes

Todo relleno!!

Que no soy buena cocinera, todo el mundo lo sabe. Pero, si uno le pone onda… a veces tampoco resulta.
Existen infinidades de libros de cocina y algunos hasta muy básicos pero todos parecen estar escritos en otro idioma para mi.



Había conocido a mi príncipe azúl y una amiga me dice “por qué no lo invitas a comer? A un hombre se lo conquista por el estómago”
Yo: “pero… si no sé hacer nada”
Ella: “ no te preocupes, lo hacemos en mi casa y yo te ayudo”.



Compré las cosas para preparar la comida:
Entrada: huevos rellenos. Primer plato: zapallitos rellenos. (si lo hacemos, lo rellenamos todo).



Herví los huevos, los zapallitos y empecé. Cuando llegó Graciela yo ya estaba por rellenar la entrada. “No Su!!, ¿cómo vas a cortar los huevos así?”
Yo:  “los corté por la mitad…”
Ella: “sí corazón pero  a lo largo, ¿cómo los paras ahora?”
Yo: “te dije que no sabía!”
Ella: “no es sabiduría.. es sentido común lo que tenés que usar”
Yo: “bueno!!, los apuntalo con fiambre para que no se note y listo!”.
 Ella: “dejame a mi, vos cuidame a Lucy mientras tanto”



Lucy era su hija, una hermosura la guacha!



Lo que trabajó esa mujer, no tiene nombre!!!, no encontraba manera de que quedaran parados los malditos huevos y lo peor es que era tarde para salir a comprar más.
También hizo ella los zapallitos mientras yo jugaba con la criaturita.
Cuando estaba poniendo la mesa nos entraron algunas dudas:
Ella: "¿le preguntaste si le gustaban los zapallitos?"
Yo: "no, pero lo he visto comer de todo… ¿a quién no le gustan los zapallitos? ¿y si dice algo de los huevos?"
Ella: "le decimos que los hice yo."



Esa es una amiga carajo!!!



Sonó el timbre y fui a atender...
El: “Ummm, qué rico olor a comida!! ¿qué hiciste?"
Yo: “Ah!! Sorpresa…"
El: “No importa, menos la ricota y los zapallitos rellenos, después... me gusta todo”



Nosotras nos miramos y palidecimos!!!



Yo:" … hice zapallitos rellenos… pero también una entrada…"
El: "no hay drama, está todo bien!!!"



Nos sentamos los cuatro a la mesa, Graciela se ofreció a servir la comida ya que YO había cocinado.



El: "Umm, qué rico que está esto. ¿quién lo hizo?"



Nos miramos entre las dos y cuando fui a abrir la boca la pequeña me ganó de mano…



“O huevito los cotó la tía Yuyana”



Pude leer el "pobre, qué inútil!!" en su mirada porque no lo volví a ver más.

Su-Saraza




1 comentario:

  1. Buenisimo para reirse un rato,pero me imagino que mal momento,y por otro lado te diste cuenta que mucho no te queria,no? ja ja,exelente!!!!

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