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martes

Despistes

Despiste 1

Una tarde de verano de esas en que el calor se torna insoportable, después de hacer mil cosas a la vez: poner a lavar ropa, barrer, tender la cama, limpiar el baño, etc. etc., necesitaba tomar un poco de aire fresco, algo imposible dentro del departamento donde vivía, decidí bajar descalza las escaleras y sentarme en el umbral de la puerta. En la calle no andaba un alma!
Con el mentón entre las manos y los codos apoyados en las rodillas, dejé volar mi imaginación… estaba en cualquier lugar fresco, metida en cualquier charquito de agua, escuchando el canto de los pájaros, en el aire se sentía un agradable aroma a… a… snif snif… café, ¿café? ¡qué loco! ¿a quién se le ocurre tomar café con semejante calor?, y bueno!, cada loco con su tema. Sacudí la cabeza volviendo a la realidad, me paré y con mucha fiaca empecé a subir las escaleras, para entrar en el “horno” nuevamente. El olor a café cada vez era más intenso.
Ni bien abrí la puerta del departamento, el humo se me vino encima, corrí hasta la cocina… y ahí estaba el olor a CAFÉ… antes de sentarme afuera había puesto a hervir unas remolachas!!!
Con toda la bronca encima, arrimé el tacho de la basura, tiré el carbón de las remolachas, la olla, mi charquito de agua, el canto de los pájaros… y mi olfato. Café! ¿a quién se le va a ocurrir?





Despiste 2
Me levanté temprano porque tenía que ir a Eden a pagar la luz vencida, luchando con mi hija que no quería vestirse, después que no quería salir, cuando la convencí,salimos, tanteo en la cartera a ver si llevaba la billetera, sí, pero, me olvidé el recibo, tuve que volver a buscarlo..
Llegamos a la oficina y había una cola impresionante!, los empleados charlando entre ellos, la nena subiéndose a las sillas, pidiéndome caramelos que no tenía, la fila parecía no moverse, el que estaba adelante mio me hace un comentario, yo no tenía ganas de hablar, atrás había otra persona con otro problema que a mi no me interesaba escuchar. Me quedé inmovil, era una momia que solo revoleaba los ojos para pispear al "pequeño demonio" que no se quedaba quieta.... ¿mi hija?
Ah! Por fin encontró otro nene con quien jugar.
Los minutos pasaban, nosotros nos movíamos lentamente, quedaban dos personas y ya me tocaba el turno a mi.
Ah bueno, ya era hora! Me hicieron los papeles, pasé para otra "cola", esperé un rato más (total, que más daba) pagué y salí.
Cuando iba a mitad de cuadra siento que alguien detrás mio gritaba
Señora! Señora!, no le dí importancia y apuré el paso pensando en todas las cosas que me faltaban por hacer todavía.
Señora! Señora!, me dí vuelta… a mi?
Señora.... se olvida la nena!!!

Qué?! Ustedes nunca se olvidaron nada?
Su-Saraza

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