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domingo

Mi historia. No es facil.

Tuvo que posponer un día su ida al trabajo por la reunión con mi psicóloga.
Cuando llegó, me dijo.
- Ahí me llamó tu psicóloga, me dijo que te va a derivar a la psiquiatra... vos sabes que yo no soy partidario de que andes dopada, pero me dijo que te estás automedicando... quedé como pelotudo delante suyo por no haberme dado cuenta... no sabes que inventar para hacerme quedar mal!!!
Te dejo la plata para que mañana vayas... "loquita", no quiero saber nada de lo que te diga y no pienso gastar plata en esto, así que te las vas a tener que ingeniar para salir de ésta.
- No te preocupes por la plata que me dejas, ya averigüé y con los comprobantes que me den los vas a poder deducir del impuesto a las ganancias.

Se fue a trabajar... y yo me quedé enojada conmigo misma, dándome cuenta de lo boluda que fui en todos estos años, siguiendo a un tipo que lo único que necesitaba era una mina para tener una imágen ante la sociedad. No podía entender cómo se había olvidado de todo lo que logramos juntos, de dormir en un colchón en el piso... hoy tenía una excelente posición económica... si yo hubiese sido otra, me hubiese dedicado a derrochar lo que él ahorraba, en cambio... en cambio nada, ya fue, lo que fui, es lo que era y no iba a cambiar.

Asistí a mi sesión con la psiquiatra, me hizo preguntas puntuales ya que había hablado antes con mi psicóloga, me dio unos antidepresivos y unos ansiolíticos... me retiró toda la otra medicación que yo me había comprado.

Después de tomarlos por primera vez... pude dormir y descansar... me levanté tan bien!! hacía mucho que no descansaba, sólo dormía pero me despertaba aturdida y sin ganas de hacer nada.

Seguí con mis sesiones habituales, nunca más excusas... poco a podo me fui sintiendo mejor. Le informé que tenía ganas de irme a ver a mi familia ya que hacía más de un año que no los veía. Le pareció excelente la idea y me alentó a hacerlo... sólo faltaba comunicárselo a mi Ex.

Obviamente su respuesta fue que no tenía dinero, que ya había gastado demasiado con la "jodita mia".
...¿Para qué me necesitaba cerca?, ¿para torturarme? ¿tanto me odiaba?.

Esperé a que se le terminara su franco y se fuera... y a pesar de tener las tarjetas al alcance de mis manos (porque nunca las movió de la mesita de luz, tal vez para tentarme)... junté mis escasos anillos y cadenitas de oro y los vendí en una joyería. No me dieron mucho, pero sí lo suficiente como para los pasajes y algún que  otro gasto.

Lo llamé para avisarle que me iba a visitar a mi flia., preocupado preguntó de dónde saqué la plata pero lo calmé diciéndole que se quede tranquilo que no le había robado.

Esa misma tarde armé el bolso y esperé ansiosa la hora de la partida.

Su-Saraza

jueves

Mi historia. Sin Careta

Cuando llegué a mi casa, estaba de visitas un compañero de trabajo de mi ex con sus dos hijos. Lo único que dije fue buenas noches, prendí el televisor y los niños no me dejaban escuchar nada. En otra oportunidad me hubiese puesto a jugar con ellos pero ésta vez era como que estaba en otro cuerpo.
Me levanté, fui hacia el padre de las criaturas y le dije.
- Tus hijos me están molestando.
Dí media vuelta y me volví a sentar en el sillón... obviamente, al pobre hombre no le quedó otra que agarrar a sus hijos e irse!.

Ni bien quedamos solos, mi ex me trató de loca, empezó  a gritarme mientras iba a la heladera a prepararse un sandwich... era como si le hablara a una pared... cero oído.
De pronto un golpe seco al lado mio me volvió a la realidad... me había tirado con un sachet grande de mayonesa y le había herrado por muy poquito. Lo miré fijo y con mucha calma (se ve que llorar tanto me había calmado), le aconsejé.
- La próxima vez que intentes pegarme... tratá de matarme... porque con el mínimo hilo de vida que me dejes te voy a destruir... y de ahora en adelante, tratá de no comer nada de lo que yo cocine porque un día de estos te enveneno.

Subí las escaleras, busqué mi remera de dormir y mi almohada y me mudé al otro dormitorio. Al fin de cuentas, hacía tiempo que éramos como "hermanos" compartiendo la cama, ninguno buscaba al otro para tener sexo.

Al día siguiente, cuando bajé a tomar mis mates, él estaba desayunando.
- Buen día...
- Buen día... ¿vos después me podes estirar la cama y preparar la ropa para irme mañana  a trabajar?
- No, voy a estar muy ocupada. Aprendé o pagale a alguien que venga a hacértelo.

Tomé 3 mates y salí sin darle explicaciones, tenía terapia.

En la sesión le conté que muchas ganas de ir no había tenido pero con tal de no estar en mi casa, hice el sacrificio... se tocó éste último episodio vivido.
De la nada me preguntó cuanto hacía  que tomaba pastillas para dormir, qué cantidad y cómo hacía para conseguirlas.
Cuando respondí a sus preguntas me dio un pantallazo de la situación:
- De ahora en adelante, no voy a aceptar ninguna excusa tuya cancelando la sesión, exepto que me llame tu EX y me la dé. Voy a hablar con las autoridades de la clínica donde te hacen las recetas para que haya un control por parte de quièn las hace...
- Pero... ¿por qué?
- Porque sos una paciente de riesgo, Susana. Y vas a terminar con tu vida en cualquier momento si seguís así. Además voy a citarlo a tu Ex, para comentarle que te voy a derivar a una psiquiatra, para que te medique contra la depresión y te cambia la automedicación que estás ingiriendo...
- Pero... (sentí que me cortaban los brazos, las piernas... mi libertad!!!) te prometo que no voy a faltar, pero no hables con Él.
- No estás en condiciones de cumplir nada de lo que prometas, Su... ésto es por tu bien.
- ¿Me vas  a contar lo que hables con él?.
- Cuando nos volvamos a ver, sí.
- ¿Y le vas a decir de las cosas que te he dicho?
- Solamente si querés que le diga algo en particular, sino no puedo, todo lo que hablamos entre vos y yo queda aca. Pero con respecto a la automedicaciòn, es muy grave lo que estás haciendo y no lo puedo dejar pasar por alto. ¿Nos vemos la semana próxima?

Y salí de ahí desbastada, desilusionada, aturdida... con ganas de que se termine todo pronto.


Su-Saraza

lunes

Mi historia. El detonante

Empecé terapia con una psicóloga que me recomendaron.
Iba una vez por semana, a veces, otras estaba tan depresiva que llamaba cancelando la sesión con cualquier excusa.

A mi ex le dieron vacaciones y decidió ir a visitar a unos amigos que tenía en Perú, obvio que fue solo porque no estábamos en condiciones de viajar juntos y además porque se gastaría  mucho dinero.
La verdad... no me importó. Yo seguía con mi rutina... empastillada cada vez más, leyendo, mirando tele... y tejiendo cada vez menos. Tranquila porque por 20 días iba a estar sola (como de costumbre).

Si estando en el país me llamaba poco, estando en otro... practicamente nada... pero era normal. Una termina acostumbrándose a esas cosas, está tan metida en ese embrollo, que le encuentra explicación a todo: "lo que pasa es que tiene mucha presión laboral", "tuvo un mal día, ya se le va a pasar", "nunca fue así, algo lo debe de estar molestando, pero es tan reservado!!"... así hay miles de excusas para auto convencerse.
Sólo ansiaba que volviera de su viaje para que me trajera un perfume importado (ah!! cómo me gustan los perfumes!!).

Y de pronto, llegó el gran día, lo esperé con la comida preparada, el típico beso en la frente, que creo que hasta agachaba la cabeza yo para recibirlo...
No le gustó la comida, fue a la heladera a buscar fiambre, y yo por detrás esperando mi regalito...
Cuando me entregó la cajita, se me detuvo el corazón... lo abrí y era un par de aritos de no sé qué material con una piedra roja, el pasante, cuando lo usara se me clavaría justo en la yugular de lo largo que era.
Lo miré esperando que se riera por la broma... pero no, ese era mi regalo. Un perfume no, porque era tremendo lo caro que estaban.
Agarré la cajita, la cerré y se la volví a entregar.
- Te agradezco el gesto, pero no lo voy a usar, así que es una lástima que quede guardado, seguramente podrás quedar bien con alguien.
- ¡Qué desagradecida!.
Seguramente fui desagradecida... ¿pero unos aritos? ¿en una cajita de cartón coarrugado?. ¿Tan poco me tenía en cuenta?
Ssubió a acostarse, mientras yo desempacaba la ropa... en el lavadero iba la sucia y después guardaría la limpia en el dormitorio.

Para cuando subí, el ya dormía plácidamente, entré al vestidor a colgar las camisas y demás prendas y... cuando estaba por salir veo como al descuido dos frascos grandes de perfumes para hombre, todavía con su papel celofán.
El ataque de ira que me agarró fue tremendo!!
Agarré un almohadón y me tiré sobre él queriéndolo ahogar, se despertó sin entender nada...
- miserable h de p!!!, te odio, sos una basura!!!

El me miraba desconcertado.
Bajé corriendo las escaleras a tomarme un calmante porque en ese momento creí que lo mataba...
Bajó detrás mio, pero le corté el paso. (Es increible cómo un hombre que era más grande que yo físicamente, me pudiera temer tanto, evidentemente mi actitud lo atemorizó).
- Ni se te ocurra seguirme, ni llamarme por teléfono, te lo digo por tu bien.

Agarré una campera y salí a la calle, cegada por mi odio, esos perfumes, no eran el problema... sólo el detonante.

Caminé, caminé mucho, tratando de calmarme... de pronto me encontré frente a una iglesia, me acerqué, las puertas estaban abiertas... me senté en el último banco, buscando un poco de paz y me largué a llorar... no sé el tiempo que habré estado así ni cuánto hacía que una mujer estaba sentada a mi lado acompañándome.
Cuando la miré me hizo señas que siguiera... que descargara todo...
No me preguntó qué me había pasado, sólo me dijo que si lo deseaba todos los martes se reunía ahí un grupo de personas con distintos problemas para charlar y tomar mates, sobre todo para matar un poco la soledad.
Le sonreí agradecida, me agarró la mano con tanta dulzura que se me volvieron a caer las lágrimas.
Me paré para irme agradeciéndole la compañía y salí a la calle.

Ya estaba más calmada, sentía que me había sacado un gran peso de encima, hacía mucho que no lloraba.
Estaba oscureciendo y me encontraba lejos de mi casa y sin un peso en el bolsillo para tomarme un taxi. Tampoco me podía arriesgar a pagarlo en destino por si no había nadie cuando llegara.
Miré el celular... dos llamadas perdidas de mi ex. Tenía poco crédito y no valía la pena gastarlo en él.

Su-Saraza 

viernes

Mi historia. El Poder

La nuestra era una relación totalmente enferma... pero ninguno de los dos parecíamos darnos cuenta.

Él con su conquista del Poder, vivía desvalorizándome como persona cada vez que tenía oportunidad. Yo... no quería aceptar que mi "matrimonio" había fracasado, todavía faltaban tantas promesas por cumplir!!.

Me retiró las tarjetas de créditos y débito y sólo me dejaba lo justo para pagar los impuestos. Las guardó en el cajón de su mesita de luz, tal vez para probarme si las usaba, tal vez para tentarme.... mmm, tantos tal vez!!
Para comprar la comida me dejaba tikets, los cuales yo cambiaba por $ entre mis conocidas.
Esa plata la utilizaba para comprarme pastillas para dormir, me convertí en una experta a la hora de conseguir las recetas. Tomaba para dormir, me despertaba y antes del desayuno ya consumía otra, antes de almorzar otra... quería que el tiempo pasara, dormirme y que cuando me despertara todo estuviera bien... y en la mayoría de los días, no me quería despertar...

Todo sumaba para mal. Una tarde me levanté de dormir la siesta y me caí al piso, las hernias no le dieron la "señal" a la pierna y no respondió, fue como si me faltara esa extremidad. Me levanté como pude, llamé a un taxi y me fui al policlínico... me atendieron: esguinzado los dedos del pie derecho-reposo-medicamentos-soledad-impotencia.

Esperé a que Él me llamara al celular para contarle, al día siguiente ya que ni le importaba dejarme sin crédito y sola. Mi hermano en más de una oportunidad me mandaba un msn de texto con el nº de serie de una carga telefónica. Mi familia no sabía la realidad que yo estaba viviendo, siempre se me ocurría alguna mentira... como que el kiosco estaba cerrado y no se conseguían tarjetas, etc. porque cuando Él volvía a casa los llamaba desde su celular que pagaba la empresa, haciéndoles creer que todo andaba de diez.

Así entendí que el único Poder que él tenia sobre mi era el económico, debido a que yo no trabajaba, y que quería verme destruida. ¿Por qué? Porque yo tenía todo lo que el dinero no puede comprar: tenía paz espiritual, los amigos en común preferían visitarme cuando estaba sola, incluso le molestaba que hubiera gente que apenas conocí y de vez en cuando me llamaban.
... porque era un pobre infeliz, lleno de plata pero vacío, que nada lo conformaba, mientras yo trataba de verle el lado positivo a cualquier cosa que me sucediera, por mínima que fuera... y no se trataba de que fuera conformista, se trataba de que tenía que sobrevivir de alguna manera.

En su próximo franco me pidió que lo acompañara a comprar ropa. Cuando volvimos del Shopping, ésta fue nuestra charla.
El: - ¿Qué te pasa que tenés esa cara?
- Nada...
- Nada no... ah!! ya sé, estás así porque me compré ropa yo y a vos no te compré nada!!!
- No, para nada. (si sabía que lo hacía a propósito).
- No importa... cuando trabajes, te vas a poder comprar lo que vos quieras.

Llegamos a casa. Todo un caballero para ayudarme con las bolsas, si había un vecino afuera, me acariciaba la cabeza al pasar... (Necesitaba hacerle creer a la gente que eramos la pareja perfecta).

... nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidados de comprar pan, me invitó a ir hasta el super pero amablemente puse una excusa, se fué solo mientras por dentro mio el odio iba creciendo y balbucee "ojalá te hagas mierda en la esquina, hijo de puta!".

A los 20 minutos me avisa que había tenido un accidente... a dos cuadras de ahí, en una esquina... con la camioneta, él no se había hecho nada pero la camioneta sí.
- No importa!!, si lo que más te interesa en la vida es tu camioneta (pensé para mi). Me sentía feliz!!.

... Y fue eso lo que me llevó a darme cuenta que necesitaba ayuda psicológica, que así no podía seguir... ya no se trataba de salvarnos 2...


Su-Saraza







miércoles

Mi historia. Me volví a equivocar

Alquilamos un dúplex hermoso: 3 dormitorios, vestidor, 3 baños, cocina comedor, garaje con parrilla, living comedor... todo para nosotros dos.
Por suerte los dueños vivían al lado y era quienes me daban las recomendaciones de los lugares a donde ir y demás.
Llegamos un domingo, dorminos en un hotel y el lunes llegó la mudanza.
El martes de madrugada, pasó un taxi a buscarlo, lo llevó hasta el aeropuerto y de ahí viajó en avión hasta su trabajo, dentro de 7 días lo volvería a ver.
Yo estaba acostumbrada a vivir siempre en pueblos grandes... el llegar a la ciudad fue todo un trastorno para mí. Los mercados quedaban lejos de mi casa, si salía en la camioneta, tenía que volver temprano porque los robos se producían precisamente cuando uno intentaba guardar el coche, los demás vecinos apenas saludaban. Una noche el viento hizo activar la alarma mientras dormía y entré en pánico total, por suerte me tranquilicé y pude ver que no era nada.

Mis hernias comenzaron a dolerme... así y todo y con la ayuda de una empleada pudimos poner la casa en orden.
Quedó hermosa!, compré cortinas, las adapté... pero de a poco iba cambiando mi rutina... me acostaba muy tarde (me daba miedo estar sola y recién me dormía bien cuando empezaba a amanecer) y me levantaba tarde.

Estaba ansiosa por la llegada de Él, quería que viera cómo había dejado el hogar.
Descubrí que ahora no era tan fácil como antes inyectarme un calmante para el dolor, esta vez tenía que ser con la receta médica.

Lo esperé en la puerta, ni bien bajó fui corriendo a recibirlo, en ese momento no me di cuenta que sólo recibí un beso en la frente.
Entró... recorrió todo (yo, como un perro detrás suyo), hizo algunas críticas... pero ninguna frase de reconocimiento, al contrario, lo único que me preguntó fue si había conseguido trabajo. Me desconcertó. Me llevó una semana poner en orden todo y me venía a preguntar eso? cuando una de las frases que me había dicho para que lo acompañara era que no buscara trabajo, que me tomara mi tiempo y viera si había algo que quisiera estudiar?? Estaba loco??.

Los primeros días de su descanso fueron difícil para ambos, él no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin hacer nada, las películas en el cine no las cambiaban todas las semanas, al centro todos los días era ir a ver lo mismo... yo no me podía dormir temprano, me sentaba a tejer o a mirar la tele. Un desastre!.
Cuando nos pudimos amoldar el uno al otro, nuevamente se tuvo que ir y volví a quedarme sola.

Gracias a un médico conocido conseguí una cita con el mejor cirujano de columna. Después de una nueva resonancia vio que las hernias se habían colocado en un lugar donde eran imposibles operarlas. No me quedaba otra que seguir conviviendo con el dolor e ir a un gimnasio para fortalecer los músculos que el corsé había debilitado.

Comencé el gimnasio (odio hacer gimnasia) de lunes a viernes por la mañana, llegaba, limpiaba mi casa, comía cualquier porquería y me sentaba a mirar tele.
Para empezar a estudiar tenía que esperar al año próximo ya que todas las carreras habían empezado.

Los domingos esperaba el diario ansiosa y mientras desayunaba marcaba las posibilidades laborales. Tiré currículums por todas partes.

Había cambiado tanto él conmigo que no podía salir del asombro. En una oportunidad tuve una entrevista laboral, y al dejarme en el lugar, en vez de desearme suerte sólo me dijo "no te hagas ilusiones, si pasas, te van a hacer estudios psicofísicos y se van a dar cuenta de tu columna... no te olvides que sos una discapacitada".

Mi autoestima iba cayendo poco a poco, no tenía ganas de nada, sólo de que se fuera a trabajar y no volviera más.



Su-Saraza

martes

Mi historia. Juntos

A la semana se desocupó un departamento a una cuadra de la pensión y me fui a vivir ahí... necesitaba mi espacio, dejar de comer en bares, comida chatarra... un poco de verde dónde caminar descalza...

Decidí hablar con "alguien" para cortar lo que teníamos... no hubo dramas, seguiríamos como amigos.
En el  fondo sabía que si mi ex seguía insistiendo, tarde o temprano volvería con él.

... Y no me equivoqué, continuó con los msn de texto, alguna que otra llamada para hablar de cualquier tema, un almuerzo al aire libre, sobre los médanos cruzando el río... después me dejaba en mi depto y se iba a su casa... me llamaba desde allá y nos quedábamos hablando un largo rato por teléfono... como en los viejos tiempos.
Las semanas siguientes, nos veíamos casi todos los días, con cualquier excusa... me invitó a cenar nuevamente y otra vez acepté pero también me quedé a dormir. Le aclaré sólo a dormir...

Así empezó todo de nuevo, dormia con él, después me dejaba en mi casa... el finde lo volvía a pasar con él... y el lunes volvía a mi hogar... poco a poco fue haciendo que mi dolor se calmara.
Llegamos a la conclusión de que era en vano seguir pagando el alquiler mio, ya que pasábamos el tiempo libre que teníamos juntos.
Les dejé el departamento a Diego y Juanchi... y me fui a vivir con Él.

Decidimos que debíamos dejar atrás lo que pasó, volvimos a hablar sobre formar una familia... (cuando viéramos que las cosas sí funcionaban nuevamente entre nos)  y "vivir juntos hasta que fuésemos viejitos"

A él lo ascendieron en su trabajo pero debíamos mudarnos a Neuquén ya que su rutina era una semana de trabajo por una de franco.
Me convenció de que allí todo iba a ser mejor... me podría tratar esas hernias de discos... podríamos ir al cine, hacer miles de cosas!!

... Y yo decidí creerle. Renuncié al trabajo y volví elegir seguirlo.
Esta vez el camión de mudanzas se encargó de todo, muy en el fondo de mi ser no estaba convencida con la "nueva vida", pero sin embargo me dejé llevar.

Su-Saraza 

Mi historia. Cara a Cara

... Los mensajes de textos con mi ex se hicieron más frecuentes, hasta llegar a uno por día.
El: - ¿Te pudo llamar?
- Sí.
Yo iba camino a la peluquería cuando sonó el celular, hacía tiempo que  no escuchaba su voz, el latido de mi corazón casi no me dejaba escuchar ... me invitaba a cenar a su casa.
Una serie de sentimientos encontrados me taladraban la cabeza... intriga, rencor, amor, dolor, venganza, tranquilidad, "alguien", "ex"... ¿qué quería hacer?, ¿qué debía hacer?...
Acepté. Iría una vez que terminara de trabajar...

Me bañé, me vestí con ropa informal y le envié un msn avisándole que iba en camino. Como una ladrona fui caminando por la oscuridad con miedo a que alguien me viera entrar a su casa.

Miré para todos lados, crucé corriendo la calle, abrí la puerta y entré.
Ni bien me vio. Se acercó y me abrazó... me quedé quieta, oliendo su perfume...

Cenamos... me invitó a quedarme a dormir, le dije que no, que me iba... que lo odiaba con toda mi alma, que nunca lo iba a perdonar por haberme mentido tantos años... y me fui llorando, confundida...
... En realidad, todavía lo seguía amando pero no quería aceptarlo.

Su-Saraza

viernes

Mi historia. Todo se encarrila

Mi historia con "alguien", seguía, tranqui... cada uno por su lado, de vez en cuando coincidíamos en algún café, nos sentábamos juntos, charlábamos... en parte, me sentía contenida.

Mi ex  volvió a estar solo. Cansado de las escenas de celos de la mujer, un intento de suicidio cuando quiso dejarla y "que yo siempre estuviera metida en el medio"... ésto me lo contó la tía de ella mientras la depilaba. Parece que si bien se habían mudado de casa, los muebles y demás objetos conservaban el orden que yo había elegido en la primera.

Tuve que dejar terapia porque conseguí un trabajo por la mañana, en una oficina de seguros, lo que me permitía seguir yendo a la tarde por la peluquería, pero Ignacio me dio el alta gustoso, diciéndome que cuando llegué mi autoestima estaba en un 2 y ahora me iba con un 10.
Contraté a mujeres que tejieran para mi, los chalecos para chicos... entonces yo los cosía y les daba el toque final.
Estaba muy ocupada, lo que me permitía llegar a la pensión muy cansada y dormirme sin pensar.

En el verano la empresa contrató a un profesor de natación, para que les enseñe a las mujeres a nadar. Me invitaron y acepté, porque hasta el momento nunca había podido disfrutar de la pileta, siempre me daba miedo. Así que 2 veces por semana, a la hora de la siesta me pasaban a buscar y nos íbamos a natación. Fue una buena experiencia.

...Todo estaba tranqui... excepto por el "buitre viejo" que había comenzado a rondar...


Su-Saraza




jueves

Mi Historia. El encuentro

Una mañana, cerca del mediodía, terminaba mi sesión en el dentista, y Karina me acompañaba a la puerta de salida de su consultorio, cuando se adelanta para ver si le quedaba más gente para atender y... lo ve a mi ex esperando al médico... por suerte me hizo una seña preparándome para lo que iba a ver... él no tuvo la misma suerte.
Cuando nos vimos... nos quedamos mirándonos a los ojos.
El: hola... ¿cómo estás?
- bien, saliendo del dentista.
- tenés suerte... para mi no tiene nunca turno. Te ves bien.
- gracias.
Y salí rápido porque hubiese dado mi vida por pedirle un abrazo, y sentir su aroma aunque fuera un momento.

Lo vi, barbudo, desprolijo, como sin vida... pero fue lo que él eligió.

Me fui corriendo a la peluquería a contarle a mis amigos... y ahí me largué a llorar, como hacía meses que ya no lo hacía. Me dí cuenta que todavía lo seguía queriendo.


Su-Saraza
 

miércoles

Mi historia. Conocí a Alguien

Una vez por semana Juanchi me cambiaba el corte de pelo, me lo teñía, me hacía mechas, me ponía alguna postiza... en fín... a los dos nos gustaba...
Pero a mi empezaba a preocuparme, ahora que habían pasado ya seis meses, de que en todo éste tiempo nadie me hubiese mirado como mujer.
- No es así gordi, lo que pasa es que vos no estás mirando, vas con la cabeza en otra parte y no te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor. ¿Por qué no aceptas la invitación al boliche que te viene haciendo Patricia? Ya es hora de que salgas y te diviertas!!
Éste Juanchi, siempre empujándome... y tenía razón. Así que acordamos que para el próximo sábado iríamos con Patricia al boliche.

Fuimos tarde, estaba llenísimo, practicamente no se podía caminar (¡cuanto hacía que no pisaba un boliche!)...
... esa noche conocí a "alguien", pasaron unos días y empezamos a salir... salir no, era sólo un touche.
Teníamos sexo, nos divertíamos... no nos mostrábamos en público (no lo ocultaba pero tampoco me interesaba que me vieran) y mis amigas, excepto los íntimos, sabían que existía alguien y respetaban mi decisión de no presentarlo...
Años más tarde el destino se encargaría de que estuviera presente continuamente en mi vida.

Su-Saraza