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jueves

Mi historia. Sin Careta

Cuando llegué a mi casa, estaba de visitas un compañero de trabajo de mi ex con sus dos hijos. Lo único que dije fue buenas noches, prendí el televisor y los niños no me dejaban escuchar nada. En otra oportunidad me hubiese puesto a jugar con ellos pero ésta vez era como que estaba en otro cuerpo.
Me levanté, fui hacia el padre de las criaturas y le dije.
- Tus hijos me están molestando.
Dí media vuelta y me volví a sentar en el sillón... obviamente, al pobre hombre no le quedó otra que agarrar a sus hijos e irse!.

Ni bien quedamos solos, mi ex me trató de loca, empezó  a gritarme mientras iba a la heladera a prepararse un sandwich... era como si le hablara a una pared... cero oído.
De pronto un golpe seco al lado mio me volvió a la realidad... me había tirado con un sachet grande de mayonesa y le había herrado por muy poquito. Lo miré fijo y con mucha calma (se ve que llorar tanto me había calmado), le aconsejé.
- La próxima vez que intentes pegarme... tratá de matarme... porque con el mínimo hilo de vida que me dejes te voy a destruir... y de ahora en adelante, tratá de no comer nada de lo que yo cocine porque un día de estos te enveneno.

Subí las escaleras, busqué mi remera de dormir y mi almohada y me mudé al otro dormitorio. Al fin de cuentas, hacía tiempo que éramos como "hermanos" compartiendo la cama, ninguno buscaba al otro para tener sexo.

Al día siguiente, cuando bajé a tomar mis mates, él estaba desayunando.
- Buen día...
- Buen día... ¿vos después me podes estirar la cama y preparar la ropa para irme mañana  a trabajar?
- No, voy a estar muy ocupada. Aprendé o pagale a alguien que venga a hacértelo.

Tomé 3 mates y salí sin darle explicaciones, tenía terapia.

En la sesión le conté que muchas ganas de ir no había tenido pero con tal de no estar en mi casa, hice el sacrificio... se tocó éste último episodio vivido.
De la nada me preguntó cuanto hacía  que tomaba pastillas para dormir, qué cantidad y cómo hacía para conseguirlas.
Cuando respondí a sus preguntas me dio un pantallazo de la situación:
- De ahora en adelante, no voy a aceptar ninguna excusa tuya cancelando la sesión, exepto que me llame tu EX y me la dé. Voy a hablar con las autoridades de la clínica donde te hacen las recetas para que haya un control por parte de quièn las hace...
- Pero... ¿por qué?
- Porque sos una paciente de riesgo, Susana. Y vas a terminar con tu vida en cualquier momento si seguís así. Además voy a citarlo a tu Ex, para comentarle que te voy a derivar a una psiquiatra, para que te medique contra la depresión y te cambia la automedicación que estás ingiriendo...
- Pero... (sentí que me cortaban los brazos, las piernas... mi libertad!!!) te prometo que no voy a faltar, pero no hables con Él.
- No estás en condiciones de cumplir nada de lo que prometas, Su... ésto es por tu bien.
- ¿Me vas  a contar lo que hables con él?.
- Cuando nos volvamos a ver, sí.
- ¿Y le vas a decir de las cosas que te he dicho?
- Solamente si querés que le diga algo en particular, sino no puedo, todo lo que hablamos entre vos y yo queda aca. Pero con respecto a la automedicaciòn, es muy grave lo que estás haciendo y no lo puedo dejar pasar por alto. ¿Nos vemos la semana próxima?

Y salí de ahí desbastada, desilusionada, aturdida... con ganas de que se termine todo pronto.


Su-Saraza

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