... Los mensajes de textos con mi ex se hicieron más frecuentes, hasta llegar a uno por día.
El: - ¿Te pudo llamar?
- Sí.
Yo iba camino a la peluquería cuando sonó el celular, hacía tiempo que no escuchaba su voz, el latido de mi corazón casi no me dejaba escuchar ... me invitaba a cenar a su casa.
Una serie de sentimientos encontrados me taladraban la cabeza... intriga, rencor, amor, dolor, venganza, tranquilidad, "alguien", "ex"... ¿qué quería hacer?, ¿qué debía hacer?...
Acepté. Iría una vez que terminara de trabajar...
Me bañé, me vestí con ropa informal y le envié un msn avisándole que iba en camino. Como una ladrona fui caminando por la oscuridad con miedo a que alguien me viera entrar a su casa.
Miré para todos lados, crucé corriendo la calle, abrí la puerta y entré.
Ni bien me vio. Se acercó y me abrazó... me quedé quieta, oliendo su perfume...
Cenamos... me invitó a quedarme a dormir, le dije que no, que me iba... que lo odiaba con toda mi alma, que nunca lo iba a perdonar por haberme mentido tantos años... y me fui llorando, confundida...
... En realidad, todavía lo seguía amando pero no quería aceptarlo.
Su-Saraza
No hay comentarios:
Publicar un comentario