Vistas de página en total

domingo

Mi historia. No es facil.

Tuvo que posponer un día su ida al trabajo por la reunión con mi psicóloga.
Cuando llegó, me dijo.
- Ahí me llamó tu psicóloga, me dijo que te va a derivar a la psiquiatra... vos sabes que yo no soy partidario de que andes dopada, pero me dijo que te estás automedicando... quedé como pelotudo delante suyo por no haberme dado cuenta... no sabes que inventar para hacerme quedar mal!!!
Te dejo la plata para que mañana vayas... "loquita", no quiero saber nada de lo que te diga y no pienso gastar plata en esto, así que te las vas a tener que ingeniar para salir de ésta.
- No te preocupes por la plata que me dejas, ya averigüé y con los comprobantes que me den los vas a poder deducir del impuesto a las ganancias.

Se fue a trabajar... y yo me quedé enojada conmigo misma, dándome cuenta de lo boluda que fui en todos estos años, siguiendo a un tipo que lo único que necesitaba era una mina para tener una imágen ante la sociedad. No podía entender cómo se había olvidado de todo lo que logramos juntos, de dormir en un colchón en el piso... hoy tenía una excelente posición económica... si yo hubiese sido otra, me hubiese dedicado a derrochar lo que él ahorraba, en cambio... en cambio nada, ya fue, lo que fui, es lo que era y no iba a cambiar.

Asistí a mi sesión con la psiquiatra, me hizo preguntas puntuales ya que había hablado antes con mi psicóloga, me dio unos antidepresivos y unos ansiolíticos... me retiró toda la otra medicación que yo me había comprado.

Después de tomarlos por primera vez... pude dormir y descansar... me levanté tan bien!! hacía mucho que no descansaba, sólo dormía pero me despertaba aturdida y sin ganas de hacer nada.

Seguí con mis sesiones habituales, nunca más excusas... poco a podo me fui sintiendo mejor. Le informé que tenía ganas de irme a ver a mi familia ya que hacía más de un año que no los veía. Le pareció excelente la idea y me alentó a hacerlo... sólo faltaba comunicárselo a mi Ex.

Obviamente su respuesta fue que no tenía dinero, que ya había gastado demasiado con la "jodita mia".
...¿Para qué me necesitaba cerca?, ¿para torturarme? ¿tanto me odiaba?.

Esperé a que se le terminara su franco y se fuera... y a pesar de tener las tarjetas al alcance de mis manos (porque nunca las movió de la mesita de luz, tal vez para tentarme)... junté mis escasos anillos y cadenitas de oro y los vendí en una joyería. No me dieron mucho, pero sí lo suficiente como para los pasajes y algún que  otro gasto.

Lo llamé para avisarle que me iba a visitar a mi flia., preocupado preguntó de dónde saqué la plata pero lo calmé diciéndole que se quede tranquilo que no le había robado.

Esa misma tarde armé el bolso y esperé ansiosa la hora de la partida.

Su-Saraza

No hay comentarios:

Publicar un comentario