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martes

"El cuerpo grita... lo que la boca calla"

Muy interesante reflexión de Nelson Torres, Doctor en Psiquiatría (UCV) y experto en Psico-neuro-inmunolinguistica PNIL :
"EL CUERPO GRITA ... LO QUE LA BOCA CALLA"

"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma".
           Bach.


"Muchas veces...

El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando el orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando no perdonas y/o te cansas de "vivir".

¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?
La Enfermedad no es mala, te avisa que te estás equivocando de camino."
Me parece bonito compartir este mensaje

Su-Saraza 

viernes

Mi historia. El adios

Debo reconocer que la noticia no lo tomó por sorpresa, la aceptó con una frase "si es lo que vos decidiste... no puedo hacer nada... vos sabes que yo te quiero mucho y no quiero que te vayas... pero si ya lo tenes decidido..."

Me dí cuenta que eso fue lo que él quería y nunca se animó a pedirme... que me fuera, al contrario usó las peores formas para que  yo  tomara la decisión... pero eso ya no importaba.
Lo único que negocié fue que me pagara el camión de mudanzas para llevarme las cosas que yo me había comprado en la última separación.
No tuvo problemas, me dijo que sacara lo que necesitara del banco. Ah! y me dio la pc que me había regalado hacía 2 años atrás para un cumpleaños y la heladera que habíamos comprados cuando recién nos fuimos a vivir juntos con la promesa de que ibamos a estar juntos hasta que fuésemos viejitos.
- Oh! oh! cuantas sorpresas!!
El ya se tenía que volver a ir a trabajar. Organizar la mudanza me llevaría menos de una semana... si me apuraba cuando volviera a su casa yo ya no estaría.

En esos días que estuve preparando todo, me llamaba una o dos veces por día para recordarme lo mucho que me amaba, y en alguna ocasión me pidió que no me fuera... pero yo ya lo tenía decidido.

Solamente saqué del banco lo que me iba a cobrar el de la mudanza y volví a dejar la tarjeta de extracción  en la mesita de luz.

Llegó el camión, cargaron todo, di una última vuelta por ese dúplex que había sigo mi hogar... cerré la puerta y le dejé las llaves a la vecina para que se las entregara a él.

Una nueva vida comenzaría para mi... no sabía si mejor o peor, sólo que distinta.
¡Había empezado tantas veces de cero... que una más no costaría tanto... sobre todo teniendo a mis afectos al lado!.
"Tal vez las vueltas de la vida nos vuelva a Encontrar"

Su- Saraza

domingo

Mi historia. La decisión.

Volví a mis raíces, con mis afectos... mi familia, mis amigos...
Todos estaban contentos de verme... y yo a ellos. Se preocuparon de verme mucho más delgada, demasiado demacrada. A mis amigos pude contarles algo al pasar... a mi familia sólo le dije que las cosas en la pareja no andaban nada bien, que estaba mucho tiempo sola y que extrañaba.

La primer semana pasó volando, cada uno tenía su rutina y el horario para poder visitarlos coincidían así que me quedaba bastante tiempo libre. Sentí que no tenía un lugar... mi lugar.
Maju justo se había quedado sin empleada en su estudio y yo iba a darle una mano unas horas, de paso para estar entretenida.

Me dí cuenta que en todo ése año que no fui a visitarlos fue porque no quería volver como una fracasada, pero era la realidad y tenía que aceptarla... había fracasado en mi "matrimonio"... y cuando lo entendí y lo acepté, dejó de molestarme esa sensación de frustración que sentía.
Mis amigos me alentaron a que hablara con mi ex y me volviera del todo... ahí ellos me darían una mano para conseguir trabajo.
Mi familia pensaba lo mismo, ya no había lugar en la casa para mi porque mis hermanos todavía vivían ahí pero de alguna manera nos íbamos a arreglar.
Mi abuela casi no me reconocía (la vejez la había confundido), mi madre estaba agotada de tener que cuidarla contínuamente, había envejecido mucho, mi ahijada había crecido demasiado... y me había perdido parte de ese crecimiento y de esas vidas.
... Y sentí ganas de quedarme para siempre entre ellos.

Con la decisión tomada y apenas un pequeño bolso de viaje justo con la ropa necesaria tomé el colectivo de regreso a Nqn, el resto de mis pertenencias las había dejado... obligándome a volver.

Cuando llegué al dúplex, mi ex estaba durmiendo, me quedé en la cocina tomando mate a esperar a que se levantara. Su ropa y la casa estaban limpia, señal de que había ocupado a alguien para que hiciera las cosas.

Con una tranquilidad que me asombraba, esperé paciente a que bajara... para comunicarle mi decisión.

Su-Saraza

Mi historia. No es facil.

Tuvo que posponer un día su ida al trabajo por la reunión con mi psicóloga.
Cuando llegó, me dijo.
- Ahí me llamó tu psicóloga, me dijo que te va a derivar a la psiquiatra... vos sabes que yo no soy partidario de que andes dopada, pero me dijo que te estás automedicando... quedé como pelotudo delante suyo por no haberme dado cuenta... no sabes que inventar para hacerme quedar mal!!!
Te dejo la plata para que mañana vayas... "loquita", no quiero saber nada de lo que te diga y no pienso gastar plata en esto, así que te las vas a tener que ingeniar para salir de ésta.
- No te preocupes por la plata que me dejas, ya averigüé y con los comprobantes que me den los vas a poder deducir del impuesto a las ganancias.

Se fue a trabajar... y yo me quedé enojada conmigo misma, dándome cuenta de lo boluda que fui en todos estos años, siguiendo a un tipo que lo único que necesitaba era una mina para tener una imágen ante la sociedad. No podía entender cómo se había olvidado de todo lo que logramos juntos, de dormir en un colchón en el piso... hoy tenía una excelente posición económica... si yo hubiese sido otra, me hubiese dedicado a derrochar lo que él ahorraba, en cambio... en cambio nada, ya fue, lo que fui, es lo que era y no iba a cambiar.

Asistí a mi sesión con la psiquiatra, me hizo preguntas puntuales ya que había hablado antes con mi psicóloga, me dio unos antidepresivos y unos ansiolíticos... me retiró toda la otra medicación que yo me había comprado.

Después de tomarlos por primera vez... pude dormir y descansar... me levanté tan bien!! hacía mucho que no descansaba, sólo dormía pero me despertaba aturdida y sin ganas de hacer nada.

Seguí con mis sesiones habituales, nunca más excusas... poco a podo me fui sintiendo mejor. Le informé que tenía ganas de irme a ver a mi familia ya que hacía más de un año que no los veía. Le pareció excelente la idea y me alentó a hacerlo... sólo faltaba comunicárselo a mi Ex.

Obviamente su respuesta fue que no tenía dinero, que ya había gastado demasiado con la "jodita mia".
...¿Para qué me necesitaba cerca?, ¿para torturarme? ¿tanto me odiaba?.

Esperé a que se le terminara su franco y se fuera... y a pesar de tener las tarjetas al alcance de mis manos (porque nunca las movió de la mesita de luz, tal vez para tentarme)... junté mis escasos anillos y cadenitas de oro y los vendí en una joyería. No me dieron mucho, pero sí lo suficiente como para los pasajes y algún que  otro gasto.

Lo llamé para avisarle que me iba a visitar a mi flia., preocupado preguntó de dónde saqué la plata pero lo calmé diciéndole que se quede tranquilo que no le había robado.

Esa misma tarde armé el bolso y esperé ansiosa la hora de la partida.

Su-Saraza

jueves

Mi historia. Sin Careta

Cuando llegué a mi casa, estaba de visitas un compañero de trabajo de mi ex con sus dos hijos. Lo único que dije fue buenas noches, prendí el televisor y los niños no me dejaban escuchar nada. En otra oportunidad me hubiese puesto a jugar con ellos pero ésta vez era como que estaba en otro cuerpo.
Me levanté, fui hacia el padre de las criaturas y le dije.
- Tus hijos me están molestando.
Dí media vuelta y me volví a sentar en el sillón... obviamente, al pobre hombre no le quedó otra que agarrar a sus hijos e irse!.

Ni bien quedamos solos, mi ex me trató de loca, empezó  a gritarme mientras iba a la heladera a prepararse un sandwich... era como si le hablara a una pared... cero oído.
De pronto un golpe seco al lado mio me volvió a la realidad... me había tirado con un sachet grande de mayonesa y le había herrado por muy poquito. Lo miré fijo y con mucha calma (se ve que llorar tanto me había calmado), le aconsejé.
- La próxima vez que intentes pegarme... tratá de matarme... porque con el mínimo hilo de vida que me dejes te voy a destruir... y de ahora en adelante, tratá de no comer nada de lo que yo cocine porque un día de estos te enveneno.

Subí las escaleras, busqué mi remera de dormir y mi almohada y me mudé al otro dormitorio. Al fin de cuentas, hacía tiempo que éramos como "hermanos" compartiendo la cama, ninguno buscaba al otro para tener sexo.

Al día siguiente, cuando bajé a tomar mis mates, él estaba desayunando.
- Buen día...
- Buen día... ¿vos después me podes estirar la cama y preparar la ropa para irme mañana  a trabajar?
- No, voy a estar muy ocupada. Aprendé o pagale a alguien que venga a hacértelo.

Tomé 3 mates y salí sin darle explicaciones, tenía terapia.

En la sesión le conté que muchas ganas de ir no había tenido pero con tal de no estar en mi casa, hice el sacrificio... se tocó éste último episodio vivido.
De la nada me preguntó cuanto hacía  que tomaba pastillas para dormir, qué cantidad y cómo hacía para conseguirlas.
Cuando respondí a sus preguntas me dio un pantallazo de la situación:
- De ahora en adelante, no voy a aceptar ninguna excusa tuya cancelando la sesión, exepto que me llame tu EX y me la dé. Voy a hablar con las autoridades de la clínica donde te hacen las recetas para que haya un control por parte de quièn las hace...
- Pero... ¿por qué?
- Porque sos una paciente de riesgo, Susana. Y vas a terminar con tu vida en cualquier momento si seguís así. Además voy a citarlo a tu Ex, para comentarle que te voy a derivar a una psiquiatra, para que te medique contra la depresión y te cambia la automedicación que estás ingiriendo...
- Pero... (sentí que me cortaban los brazos, las piernas... mi libertad!!!) te prometo que no voy a faltar, pero no hables con Él.
- No estás en condiciones de cumplir nada de lo que prometas, Su... ésto es por tu bien.
- ¿Me vas  a contar lo que hables con él?.
- Cuando nos volvamos a ver, sí.
- ¿Y le vas a decir de las cosas que te he dicho?
- Solamente si querés que le diga algo en particular, sino no puedo, todo lo que hablamos entre vos y yo queda aca. Pero con respecto a la automedicaciòn, es muy grave lo que estás haciendo y no lo puedo dejar pasar por alto. ¿Nos vemos la semana próxima?

Y salí de ahí desbastada, desilusionada, aturdida... con ganas de que se termine todo pronto.


Su-Saraza

lunes

Mi historia. El detonante

Empecé terapia con una psicóloga que me recomendaron.
Iba una vez por semana, a veces, otras estaba tan depresiva que llamaba cancelando la sesión con cualquier excusa.

A mi ex le dieron vacaciones y decidió ir a visitar a unos amigos que tenía en Perú, obvio que fue solo porque no estábamos en condiciones de viajar juntos y además porque se gastaría  mucho dinero.
La verdad... no me importó. Yo seguía con mi rutina... empastillada cada vez más, leyendo, mirando tele... y tejiendo cada vez menos. Tranquila porque por 20 días iba a estar sola (como de costumbre).

Si estando en el país me llamaba poco, estando en otro... practicamente nada... pero era normal. Una termina acostumbrándose a esas cosas, está tan metida en ese embrollo, que le encuentra explicación a todo: "lo que pasa es que tiene mucha presión laboral", "tuvo un mal día, ya se le va a pasar", "nunca fue así, algo lo debe de estar molestando, pero es tan reservado!!"... así hay miles de excusas para auto convencerse.
Sólo ansiaba que volviera de su viaje para que me trajera un perfume importado (ah!! cómo me gustan los perfumes!!).

Y de pronto, llegó el gran día, lo esperé con la comida preparada, el típico beso en la frente, que creo que hasta agachaba la cabeza yo para recibirlo...
No le gustó la comida, fue a la heladera a buscar fiambre, y yo por detrás esperando mi regalito...
Cuando me entregó la cajita, se me detuvo el corazón... lo abrí y era un par de aritos de no sé qué material con una piedra roja, el pasante, cuando lo usara se me clavaría justo en la yugular de lo largo que era.
Lo miré esperando que se riera por la broma... pero no, ese era mi regalo. Un perfume no, porque era tremendo lo caro que estaban.
Agarré la cajita, la cerré y se la volví a entregar.
- Te agradezco el gesto, pero no lo voy a usar, así que es una lástima que quede guardado, seguramente podrás quedar bien con alguien.
- ¡Qué desagradecida!.
Seguramente fui desagradecida... ¿pero unos aritos? ¿en una cajita de cartón coarrugado?. ¿Tan poco me tenía en cuenta?
Ssubió a acostarse, mientras yo desempacaba la ropa... en el lavadero iba la sucia y después guardaría la limpia en el dormitorio.

Para cuando subí, el ya dormía plácidamente, entré al vestidor a colgar las camisas y demás prendas y... cuando estaba por salir veo como al descuido dos frascos grandes de perfumes para hombre, todavía con su papel celofán.
El ataque de ira que me agarró fue tremendo!!
Agarré un almohadón y me tiré sobre él queriéndolo ahogar, se despertó sin entender nada...
- miserable h de p!!!, te odio, sos una basura!!!

El me miraba desconcertado.
Bajé corriendo las escaleras a tomarme un calmante porque en ese momento creí que lo mataba...
Bajó detrás mio, pero le corté el paso. (Es increible cómo un hombre que era más grande que yo físicamente, me pudiera temer tanto, evidentemente mi actitud lo atemorizó).
- Ni se te ocurra seguirme, ni llamarme por teléfono, te lo digo por tu bien.

Agarré una campera y salí a la calle, cegada por mi odio, esos perfumes, no eran el problema... sólo el detonante.

Caminé, caminé mucho, tratando de calmarme... de pronto me encontré frente a una iglesia, me acerqué, las puertas estaban abiertas... me senté en el último banco, buscando un poco de paz y me largué a llorar... no sé el tiempo que habré estado así ni cuánto hacía que una mujer estaba sentada a mi lado acompañándome.
Cuando la miré me hizo señas que siguiera... que descargara todo...
No me preguntó qué me había pasado, sólo me dijo que si lo deseaba todos los martes se reunía ahí un grupo de personas con distintos problemas para charlar y tomar mates, sobre todo para matar un poco la soledad.
Le sonreí agradecida, me agarró la mano con tanta dulzura que se me volvieron a caer las lágrimas.
Me paré para irme agradeciéndole la compañía y salí a la calle.

Ya estaba más calmada, sentía que me había sacado un gran peso de encima, hacía mucho que no lloraba.
Estaba oscureciendo y me encontraba lejos de mi casa y sin un peso en el bolsillo para tomarme un taxi. Tampoco me podía arriesgar a pagarlo en destino por si no había nadie cuando llegara.
Miré el celular... dos llamadas perdidas de mi ex. Tenía poco crédito y no valía la pena gastarlo en él.

Su-Saraza 

viernes

Mi historia. El Poder

La nuestra era una relación totalmente enferma... pero ninguno de los dos parecíamos darnos cuenta.

Él con su conquista del Poder, vivía desvalorizándome como persona cada vez que tenía oportunidad. Yo... no quería aceptar que mi "matrimonio" había fracasado, todavía faltaban tantas promesas por cumplir!!.

Me retiró las tarjetas de créditos y débito y sólo me dejaba lo justo para pagar los impuestos. Las guardó en el cajón de su mesita de luz, tal vez para probarme si las usaba, tal vez para tentarme.... mmm, tantos tal vez!!
Para comprar la comida me dejaba tikets, los cuales yo cambiaba por $ entre mis conocidas.
Esa plata la utilizaba para comprarme pastillas para dormir, me convertí en una experta a la hora de conseguir las recetas. Tomaba para dormir, me despertaba y antes del desayuno ya consumía otra, antes de almorzar otra... quería que el tiempo pasara, dormirme y que cuando me despertara todo estuviera bien... y en la mayoría de los días, no me quería despertar...

Todo sumaba para mal. Una tarde me levanté de dormir la siesta y me caí al piso, las hernias no le dieron la "señal" a la pierna y no respondió, fue como si me faltara esa extremidad. Me levanté como pude, llamé a un taxi y me fui al policlínico... me atendieron: esguinzado los dedos del pie derecho-reposo-medicamentos-soledad-impotencia.

Esperé a que Él me llamara al celular para contarle, al día siguiente ya que ni le importaba dejarme sin crédito y sola. Mi hermano en más de una oportunidad me mandaba un msn de texto con el nº de serie de una carga telefónica. Mi familia no sabía la realidad que yo estaba viviendo, siempre se me ocurría alguna mentira... como que el kiosco estaba cerrado y no se conseguían tarjetas, etc. porque cuando Él volvía a casa los llamaba desde su celular que pagaba la empresa, haciéndoles creer que todo andaba de diez.

Así entendí que el único Poder que él tenia sobre mi era el económico, debido a que yo no trabajaba, y que quería verme destruida. ¿Por qué? Porque yo tenía todo lo que el dinero no puede comprar: tenía paz espiritual, los amigos en común preferían visitarme cuando estaba sola, incluso le molestaba que hubiera gente que apenas conocí y de vez en cuando me llamaban.
... porque era un pobre infeliz, lleno de plata pero vacío, que nada lo conformaba, mientras yo trataba de verle el lado positivo a cualquier cosa que me sucediera, por mínima que fuera... y no se trataba de que fuera conformista, se trataba de que tenía que sobrevivir de alguna manera.

En su próximo franco me pidió que lo acompañara a comprar ropa. Cuando volvimos del Shopping, ésta fue nuestra charla.
El: - ¿Qué te pasa que tenés esa cara?
- Nada...
- Nada no... ah!! ya sé, estás así porque me compré ropa yo y a vos no te compré nada!!!
- No, para nada. (si sabía que lo hacía a propósito).
- No importa... cuando trabajes, te vas a poder comprar lo que vos quieras.

Llegamos a casa. Todo un caballero para ayudarme con las bolsas, si había un vecino afuera, me acariciaba la cabeza al pasar... (Necesitaba hacerle creer a la gente que eramos la pareja perfecta).

... nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidados de comprar pan, me invitó a ir hasta el super pero amablemente puse una excusa, se fué solo mientras por dentro mio el odio iba creciendo y balbucee "ojalá te hagas mierda en la esquina, hijo de puta!".

A los 20 minutos me avisa que había tenido un accidente... a dos cuadras de ahí, en una esquina... con la camioneta, él no se había hecho nada pero la camioneta sí.
- No importa!!, si lo que más te interesa en la vida es tu camioneta (pensé para mi). Me sentía feliz!!.

... Y fue eso lo que me llevó a darme cuenta que necesitaba ayuda psicológica, que así no podía seguir... ya no se trataba de salvarnos 2...


Su-Saraza







miércoles

Mi historia. Me volví a equivocar

Alquilamos un dúplex hermoso: 3 dormitorios, vestidor, 3 baños, cocina comedor, garaje con parrilla, living comedor... todo para nosotros dos.
Por suerte los dueños vivían al lado y era quienes me daban las recomendaciones de los lugares a donde ir y demás.
Llegamos un domingo, dorminos en un hotel y el lunes llegó la mudanza.
El martes de madrugada, pasó un taxi a buscarlo, lo llevó hasta el aeropuerto y de ahí viajó en avión hasta su trabajo, dentro de 7 días lo volvería a ver.
Yo estaba acostumbrada a vivir siempre en pueblos grandes... el llegar a la ciudad fue todo un trastorno para mí. Los mercados quedaban lejos de mi casa, si salía en la camioneta, tenía que volver temprano porque los robos se producían precisamente cuando uno intentaba guardar el coche, los demás vecinos apenas saludaban. Una noche el viento hizo activar la alarma mientras dormía y entré en pánico total, por suerte me tranquilicé y pude ver que no era nada.

Mis hernias comenzaron a dolerme... así y todo y con la ayuda de una empleada pudimos poner la casa en orden.
Quedó hermosa!, compré cortinas, las adapté... pero de a poco iba cambiando mi rutina... me acostaba muy tarde (me daba miedo estar sola y recién me dormía bien cuando empezaba a amanecer) y me levantaba tarde.

Estaba ansiosa por la llegada de Él, quería que viera cómo había dejado el hogar.
Descubrí que ahora no era tan fácil como antes inyectarme un calmante para el dolor, esta vez tenía que ser con la receta médica.

Lo esperé en la puerta, ni bien bajó fui corriendo a recibirlo, en ese momento no me di cuenta que sólo recibí un beso en la frente.
Entró... recorrió todo (yo, como un perro detrás suyo), hizo algunas críticas... pero ninguna frase de reconocimiento, al contrario, lo único que me preguntó fue si había conseguido trabajo. Me desconcertó. Me llevó una semana poner en orden todo y me venía a preguntar eso? cuando una de las frases que me había dicho para que lo acompañara era que no buscara trabajo, que me tomara mi tiempo y viera si había algo que quisiera estudiar?? Estaba loco??.

Los primeros días de su descanso fueron difícil para ambos, él no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin hacer nada, las películas en el cine no las cambiaban todas las semanas, al centro todos los días era ir a ver lo mismo... yo no me podía dormir temprano, me sentaba a tejer o a mirar la tele. Un desastre!.
Cuando nos pudimos amoldar el uno al otro, nuevamente se tuvo que ir y volví a quedarme sola.

Gracias a un médico conocido conseguí una cita con el mejor cirujano de columna. Después de una nueva resonancia vio que las hernias se habían colocado en un lugar donde eran imposibles operarlas. No me quedaba otra que seguir conviviendo con el dolor e ir a un gimnasio para fortalecer los músculos que el corsé había debilitado.

Comencé el gimnasio (odio hacer gimnasia) de lunes a viernes por la mañana, llegaba, limpiaba mi casa, comía cualquier porquería y me sentaba a mirar tele.
Para empezar a estudiar tenía que esperar al año próximo ya que todas las carreras habían empezado.

Los domingos esperaba el diario ansiosa y mientras desayunaba marcaba las posibilidades laborales. Tiré currículums por todas partes.

Había cambiado tanto él conmigo que no podía salir del asombro. En una oportunidad tuve una entrevista laboral, y al dejarme en el lugar, en vez de desearme suerte sólo me dijo "no te hagas ilusiones, si pasas, te van a hacer estudios psicofísicos y se van a dar cuenta de tu columna... no te olvides que sos una discapacitada".

Mi autoestima iba cayendo poco a poco, no tenía ganas de nada, sólo de que se fuera a trabajar y no volviera más.



Su-Saraza

martes

Mi historia. Juntos

A la semana se desocupó un departamento a una cuadra de la pensión y me fui a vivir ahí... necesitaba mi espacio, dejar de comer en bares, comida chatarra... un poco de verde dónde caminar descalza...

Decidí hablar con "alguien" para cortar lo que teníamos... no hubo dramas, seguiríamos como amigos.
En el  fondo sabía que si mi ex seguía insistiendo, tarde o temprano volvería con él.

... Y no me equivoqué, continuó con los msn de texto, alguna que otra llamada para hablar de cualquier tema, un almuerzo al aire libre, sobre los médanos cruzando el río... después me dejaba en mi depto y se iba a su casa... me llamaba desde allá y nos quedábamos hablando un largo rato por teléfono... como en los viejos tiempos.
Las semanas siguientes, nos veíamos casi todos los días, con cualquier excusa... me invitó a cenar nuevamente y otra vez acepté pero también me quedé a dormir. Le aclaré sólo a dormir...

Así empezó todo de nuevo, dormia con él, después me dejaba en mi casa... el finde lo volvía a pasar con él... y el lunes volvía a mi hogar... poco a poco fue haciendo que mi dolor se calmara.
Llegamos a la conclusión de que era en vano seguir pagando el alquiler mio, ya que pasábamos el tiempo libre que teníamos juntos.
Les dejé el departamento a Diego y Juanchi... y me fui a vivir con Él.

Decidimos que debíamos dejar atrás lo que pasó, volvimos a hablar sobre formar una familia... (cuando viéramos que las cosas sí funcionaban nuevamente entre nos)  y "vivir juntos hasta que fuésemos viejitos"

A él lo ascendieron en su trabajo pero debíamos mudarnos a Neuquén ya que su rutina era una semana de trabajo por una de franco.
Me convenció de que allí todo iba a ser mejor... me podría tratar esas hernias de discos... podríamos ir al cine, hacer miles de cosas!!

... Y yo decidí creerle. Renuncié al trabajo y volví elegir seguirlo.
Esta vez el camión de mudanzas se encargó de todo, muy en el fondo de mi ser no estaba convencida con la "nueva vida", pero sin embargo me dejé llevar.

Su-Saraza 

Mi historia. Cara a Cara

... Los mensajes de textos con mi ex se hicieron más frecuentes, hasta llegar a uno por día.
El: - ¿Te pudo llamar?
- Sí.
Yo iba camino a la peluquería cuando sonó el celular, hacía tiempo que  no escuchaba su voz, el latido de mi corazón casi no me dejaba escuchar ... me invitaba a cenar a su casa.
Una serie de sentimientos encontrados me taladraban la cabeza... intriga, rencor, amor, dolor, venganza, tranquilidad, "alguien", "ex"... ¿qué quería hacer?, ¿qué debía hacer?...
Acepté. Iría una vez que terminara de trabajar...

Me bañé, me vestí con ropa informal y le envié un msn avisándole que iba en camino. Como una ladrona fui caminando por la oscuridad con miedo a que alguien me viera entrar a su casa.

Miré para todos lados, crucé corriendo la calle, abrí la puerta y entré.
Ni bien me vio. Se acercó y me abrazó... me quedé quieta, oliendo su perfume...

Cenamos... me invitó a quedarme a dormir, le dije que no, que me iba... que lo odiaba con toda mi alma, que nunca lo iba a perdonar por haberme mentido tantos años... y me fui llorando, confundida...
... En realidad, todavía lo seguía amando pero no quería aceptarlo.

Su-Saraza

viernes

Mi historia. Todo se encarrila

Mi historia con "alguien", seguía, tranqui... cada uno por su lado, de vez en cuando coincidíamos en algún café, nos sentábamos juntos, charlábamos... en parte, me sentía contenida.

Mi ex  volvió a estar solo. Cansado de las escenas de celos de la mujer, un intento de suicidio cuando quiso dejarla y "que yo siempre estuviera metida en el medio"... ésto me lo contó la tía de ella mientras la depilaba. Parece que si bien se habían mudado de casa, los muebles y demás objetos conservaban el orden que yo había elegido en la primera.

Tuve que dejar terapia porque conseguí un trabajo por la mañana, en una oficina de seguros, lo que me permitía seguir yendo a la tarde por la peluquería, pero Ignacio me dio el alta gustoso, diciéndome que cuando llegué mi autoestima estaba en un 2 y ahora me iba con un 10.
Contraté a mujeres que tejieran para mi, los chalecos para chicos... entonces yo los cosía y les daba el toque final.
Estaba muy ocupada, lo que me permitía llegar a la pensión muy cansada y dormirme sin pensar.

En el verano la empresa contrató a un profesor de natación, para que les enseñe a las mujeres a nadar. Me invitaron y acepté, porque hasta el momento nunca había podido disfrutar de la pileta, siempre me daba miedo. Así que 2 veces por semana, a la hora de la siesta me pasaban a buscar y nos íbamos a natación. Fue una buena experiencia.

...Todo estaba tranqui... excepto por el "buitre viejo" que había comenzado a rondar...


Su-Saraza




jueves

Mi Historia. El encuentro

Una mañana, cerca del mediodía, terminaba mi sesión en el dentista, y Karina me acompañaba a la puerta de salida de su consultorio, cuando se adelanta para ver si le quedaba más gente para atender y... lo ve a mi ex esperando al médico... por suerte me hizo una seña preparándome para lo que iba a ver... él no tuvo la misma suerte.
Cuando nos vimos... nos quedamos mirándonos a los ojos.
El: hola... ¿cómo estás?
- bien, saliendo del dentista.
- tenés suerte... para mi no tiene nunca turno. Te ves bien.
- gracias.
Y salí rápido porque hubiese dado mi vida por pedirle un abrazo, y sentir su aroma aunque fuera un momento.

Lo vi, barbudo, desprolijo, como sin vida... pero fue lo que él eligió.

Me fui corriendo a la peluquería a contarle a mis amigos... y ahí me largué a llorar, como hacía meses que ya no lo hacía. Me dí cuenta que todavía lo seguía queriendo.


Su-Saraza
 

miércoles

Mi historia. Conocí a Alguien

Una vez por semana Juanchi me cambiaba el corte de pelo, me lo teñía, me hacía mechas, me ponía alguna postiza... en fín... a los dos nos gustaba...
Pero a mi empezaba a preocuparme, ahora que habían pasado ya seis meses, de que en todo éste tiempo nadie me hubiese mirado como mujer.
- No es así gordi, lo que pasa es que vos no estás mirando, vas con la cabeza en otra parte y no te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor. ¿Por qué no aceptas la invitación al boliche que te viene haciendo Patricia? Ya es hora de que salgas y te diviertas!!
Éste Juanchi, siempre empujándome... y tenía razón. Así que acordamos que para el próximo sábado iríamos con Patricia al boliche.

Fuimos tarde, estaba llenísimo, practicamente no se podía caminar (¡cuanto hacía que no pisaba un boliche!)...
... esa noche conocí a "alguien", pasaron unos días y empezamos a salir... salir no, era sólo un touche.
Teníamos sexo, nos divertíamos... no nos mostrábamos en público (no lo ocultaba pero tampoco me interesaba que me vieran) y mis amigas, excepto los íntimos, sabían que existía alguien y respetaban mi decisión de no presentarlo...
Años más tarde el destino se encargaría de que estuviera presente continuamente en mi vida.

Su-Saraza

domingo

Mi historia. Mis altibajos

Los días que siguieron, no fueron nada fáciles, con bastante altibajos. Seguía con mi terapia, estábamos contentos por mi evolución... su meta era levantarme la autoestima y lo íbamos logrando. Tarea: tenía que acostumbrarme que a partir de ese momento, las desiciones que tomara iban a ser en torno a mi y no como antes que primero pensaba en él.
De noche se me hacía difícil dormir, me desvelaba contínuamente, es más, a veces no pegaba un ojo en toda la noche. En la tele no había nada para ver, ya había terminado de leer el libro de metafísica y ahora estaba con otros de autoayuda pero... me faltaba algo.
En pijamas me levanté de la cama y hurgueteando en una caja saqué un ovillo de lana y un par de agujas y empecé a tejer... allí salió mi primer chaleco para niños.

Lo que empezó como un sedante se convirtió en una pequeña empresita. Compré una rica perfumina, y una vez que los terminaba de tejer, los lavaba y no los secaba afuera, los dejaba arriba de una toalla rociado con perfume, ese era el secreto que hacía que el olorcito le durara tanto tiempo.
Como en esa zona había buena calefacción en los hogares y todos sabemos que a los niños no les gusta andar abrigados... comenzaron a venderse mis chalequitos como pan caliente.
En el próximo viaje a Nqn. pasé por una imprenta y me estamparon varios metros de cinta blanca con mi nombre y apellido.
Yo la cortaba en forma de etiqueta y la pegaba ni bien terminaba el elástico del chaleco... lo metía en una bolsita de celofán y lo iba apilando preparando el stock.
Cuestión que entre la depilación, manicuría y mis tejidos... me alcanzaba para los gastos del mes y practicamente no tenía que tocar la plata que me había dado mi ex.

Pero... a veces lo extrañaba un montón, me acordaba de todo lo que luchamos para tener nuestras cosas, tanto esfuerzo!!!... una vez que ya teníamos un presente sin necesidades económicas, que podríamos tener a nuestro hijo tan deseado por mi y postergado por él... justo ahora, se le venìa  a pudrir la cabeza!!!
Había días que me llamaba al celular y cuando yo atendía me cortaba... como si yo no supiera que era él (boludo, si tenía registro de llamadas).
Nos habíamos cruzado en varias oportunidades en la calle, él iba con una mujer a su lado en la camioneta, pero yo di-vi-na, como si nada.

La pensión no era linda, pero al tiempo desocuparon una habitación y se fueron a hacerme compañía Juan y Diego... y ahí sí que fue divertido. A la noche hacíamos guerra de almohadones por el pasillo, o Diego me agarraba de un brazo y me sacaba de su pieza con "calabaza, calabaza.. cada uno a su casa...".
Eramos  dos chicos que no habíamos tenido infancia, Juan era el único que ponía orden.

Como me suele pasar seguido, necesitaba cambios... así que decidí volver a dejarme crecer el pelo... no más rapada.

Una tarde entré a un negocio y me atendió una jovencita muy bonita, educada..., yo notaba que me miraba mucho. Hasta que en un momento me preguntó si no me acordaba de ella.
- Mmm, no, la verdad que no.
- Yo era una de las nenas que iba a su casa a que me ayudara con los deberes...
¡Qué alegría! Nos abrazamos, le pregunté que hacía ahí, que era de su vida...

... Y me sentí fantásticamente bien, saber que alguien se acordaba de mi porque fui útil en algún momento de su vida... se me hinchó el alma de emoción...

Su-Saraza


viernes

Mi historia. Cosechando mi siembra

Ahí estaban mis amigos... esperándome en la terminal. Ni bien me vieron bajar quedaron boquiabiertos... es que había perdido varios kilos debido a los nervios. Estaban frente a una Su renovada, fuerte, segura... contenta.
Cenamos en un restaurante y después me acompañaron hasta la pensión. Sería mi primer noche en esa pieza... pero no tenía miedo, para llegar a mi puerta antes tenían que abrir la principal que estaba al comienzo del pasillo, y sólo teníamos llaves los que vivíamos ahí.
Me ayudaron a instalarme y se fueron... antes Juan me entregó un papel con los nombres de las personas que querían que las llamara para depilarse.
- Tomate tu tiempo, cuando estés preparada, las llamás.
Se fueron y me quedé sola.

Me duché para relajarme, me acosté, apagué el celular para que nadie me molestara y retomé la lectura de un libro de metafísica que estaba leyendo... poco a poco fue llegando el sueño y decidí apagar todo y dormir.

Al día siguiente no aparecí por la peluquería, me dediqué a ordenar y limpiar la pieza, a terminar de leer el libro, a poner en práctica alguno de los ejercicios... a tomar coraje para enfrentar al mundo. Llamé a algunas clientas para darles turno para el día siguiente, las que consideraba no tan cercanas para evitar tener que dar  demasiadas explicaciones.

Transcurrió la semana, y volví a mi terapia... todavía no había hecho nada de lo que me había sugerido Ignacio. El me consoló diciéndome que había sido un avance grande, que todo iba a llegar a su debido tiempo.

Pasaron los días, los rumores de mi separación eran cada vez mayores. Lo llamé  a mi ex  para ponernos de acuerdo a qué hora podía ir a retirar mis cosas. Me llevó un mes enfrentarlo, me evitaba de todas las maneras posibles, con cualquier excusa boluda.

Los allegados me alababan diciéndome lo bien que estaba, alguno me decía que él se había convertido en un ermitaño, que estaba con alguien pero que lo negaba. En el fondo me sentía bien saber que él estaba mal... lo disfrutaba.

Una mañana me citaron de recursos humanos de la Empresa. Fui con miedo, pensando lo peor.
- Mirá, está corriendo un rumor sobre la separación de uds., le pregunté a él pero me lo negó, quiero saber que hay de cierto en esto.
- Es verdad, estamos separados.
- Queremos saber en qué te podemos ayudar.
- Solamente en que me deje entrar para sacar las cosas mías, nada más.
- Pero en lo económico...
- Ya consulté a una abogada y la ley no me ampara, todo depende de lo que él quiera darme, y me hizo un depósito hace un tiempo como para que viva 6 meses sin trabajar...
- Nosotros podemos obligarle a que te pase una mensualidad...
- No, gracias, sólo la ropa necesito. Si él considera que lo que me dió es lo que me corresponde, que quede en su conciencia (hubiese sido mi posibilidad... pero la boludez siempre me ganó de mano).
- Igual queremos decirte que tenés la entrada libre a la pileta, que para nosotros seguís teniendo los privilegios de la verdadera mujer de él, lo cual no va a suceder con la nueva. Y además le vamos a pedir que abandone la casa, esa vivienda era para los dos, lo vamos a trasladar a una más pequeña en otro barrio.
- Pero...
- Si permitimos que él conserve todos los privilegios van a empezar a separarse más de uno... y eso es lo que no queremos.
Cualquier cosa que necesites, no dudes en acercarte a nosotros.

Salí de allí con lágrimas en los ojos y el corazón hinchado de tanta emoción... jamás pensé que iba a tener ese apoyo de parte de la compañía.

Al viernes siguientes, minutos antes de subirme al colectivo, mi ex me llama al celular para avisarme que ya sacó mis cosas afuera.
- Pero... me estoy yendo a Neuquén...
- Ese no es mi problema, si no están cuando vuelvas, no es culpa mía. Yo tengo que dejar la casa lo antes posible.

Y cortó. Llamé a mis vecinos, quienes me dijeron que me fuera tranquila, que ellos guardaban las cosas en su garaje.

Llorando, partí para mi sesión de siempre y mi trabajo de fin de semana. No podía creer, mejor dicho, aceptar semejante actitud. 
Pero mi conciencia estaba tranquila... y eso era lo que me importaba.

¿Cómo podía odiarme tanto?.




Su-Saraza 

jueves

Mi historia. Me separé

Me senté en la sala de espera, puntual... esperé unos minutos hasta que me tocó el turno.
Cuando me recibió... no podía creer lo lindo que era éste señor, no dejé que eso me intimidara... entré al consultorio, miré los diplomas que tenía colgados en la pared mientras él hablaba con su secretaria: médico/psicólogo/psiquiatra y encima... lindo guau!!!
Entró, me saludó con un beso, se sentó, y me preguntó por qué lo había elegido a él.
- Porque necesitaba tener a un hombre delante mio para decirle la clase de mierd.. que es, lo hijo de put... y seguí descargando todo tipo de insulto hacia el sexo masculino.

La verdad era  que estaba muy enojada con los hombres y en mi entorno cada vez iba sumando un nuevo gay (que de no haber sido por ellos, no sé que hubiese pasado). Juanchi + Diego + el peluquero con el cual trabajaba el fin de semana + sus amigos... eran los únicos que estaban a mi lado.
Mi familia, es el día de hoy que lo único que saben fue que me separé, nunca los quise preocupar, cada vez que los llamaba por teléfono lloraba antes para que no se me notara el estado de ánimo en la voz. Para ellos seguramente era transitorio y yo... no podía dejar el nuevo trabajo porque recién comenzaba.

Ignacio (el terapeuta) accedió a verme dos veces por semanas. Focalizó la terapia en levantarme la autoestima.
Al cabo de dos semanas me dijo:
- Creo que ya es hora de que vuelvas a Rincón, de que enfrentes a tu ex, a tus amistades de allá, de que cuentes lo que te pasó... mientras más lo cuentes, más rápido va a dejar de doler... y algo fundamental: empezá a llamar a las cosas por su nombre... te separaste. Vos podés hacerlo. A partir de ahora, nos vamos a ver una vez a la semana... trataremos de pasar el turno para el viernes así podes trabajar acá y volver otra vez a tu lugar.
Y eso es lo que yo había dicho... Rincón era mi lugar, me gustaba vivir allí y me sentía cómoda.

Lo llamé por teléfono a mi ex y le di la noticia... en los  días sucesivos, le avisaría el día que iba a ir a buscar el resto de mis pertenencias (había pasado un poco más de un mes y debía pagar la habitación que todavía no había estrenado).
No le agradó la idea pero no lo dejé terminar, era tanto el valor que tenía, que había recuperado, que le contesté que no era problema mio.
El quiso separarse, yo acepté... ahora que cada uno se haga cargo de sus actos.

Ansiosa, los llamé a mis amigos para avisarles que ésa noche iba a estar llegando.

Preparé el bolso... pagué el hotel y con la fuerza de una topadora, me dirigí a tomar el colectivo.


Su-Saraza

Mi historia. La pesadilla

Lo hablé con mi pareja... no estaba dispuesto a alquilar un depto. en la ciudad y mucho menos pedir días para cuidarme. Mi madre tampoco podía viajar porque tenía a su cuidado a mi abuela que no andaba nada bien de salud. No quedaba otra que buscar opciones... probé desde el corsé hecho a medida (que me ayudaba a adoptar posturas correctas pero que terminó debilitándome los músculos al punto de no animarme a dejarlo) hasta las famosas inyecciones de ozono, que no alcanzaban a pasar  30 días que empezaba de nuevo con el dolor.

Así y todo trataba de seguir con mi vida habitual, pero el dolor se me notaba en la cara... y la tolerancia de la otra parte era cero...
Empezaron los asados a la noche con amigos + reuniones extra de trabajos = amante.
... Y me lo dijo de una, en la cara... que quería que me fuera de mi casa porque ya no me quería más... pero que no se tenía que enterar nadie, que lo hiciera lo antes posible.

Me cayó como un balde de agua fría... hacía minutos lo había escuchado hablar por teléfono con mi vieja preguntándole cuándo iba a venir a visitarnos!!
Estuve una semana viviendo bajo el mismo techo, mientras buscaba algo que alquilar... no conseguía por ningún lado.
Por último, en una pensión que estaba muy cerca de ahí conseguí un dormitorio con un baño.
Con la ayuda de mis vecinos, me llevé una cama, unos muebles que fueron de mi abuela y el microondas. Algunas cajas con la ropa que usaba, el resto lo dejé todo embalado para cuando consiguiera un lugar donde guardarlo.
Esa semana la viví en una nube... me parecía que era una pesadilla, lo escuchaba llegar a la madrugada y entrar al dormitorio donde me había mudado, acariciarme la cabeza creyendo que yo dormía, y decirme lo mucho que me  quería.
Mientras que al día siguiente, me torturaba preguntándome cuánto faltaba para que me fuera.

Los que estuvieron incondicionales fueron Juanchi y Diego. Juanchi con su serenidad, su espiritualidad, Diego... con su sentido del humor que tanto necesitaba y tanto bien me hacía.
No me dejaban a solas para nada... yo seguía trabajando en la peluquería y la gente empezaba a rumorear...
Juan veía la situación y me sugirió que sería bueno que me tomara unos días y me fuera a Nqn, que buscara un profesional, que me ayude.

Le hice caso, llegué a la capital sin poder moverme del dolor en la cintura, ésta vez el dolor me había paralizado la pierna derecha y el brazo contrario.
Alquilé una habitación en un hotel barato. Mi ex me había depositado algo de $ en una cuenta, pero era poca, tenía que administrarme. Lo único que le pedí fue que no me sacara la obra social (tampoco le convenía a él porque se enterarían en la empresa).
Había cambiado tanto él... que llegué a temerle, estaba muy loco, totalmente ciclotímico. Por eso me pareció buena la idea de mi amigo.

Busqué en la cartilla médica el mejor psicólogo. Tuve que esperar 2 semanas por mi turno...
A la noche, caminando de rodillas porque era la posición que más me aliviaba, dejaba toda la ropa preparada para el día siguiente, cuando me levantaba, agarraba una percha y con el gancho me ayudaba a vestir... el dolor me dejaba sin fuerzas... no me quedó otra opción que ir a la guardia a inyectarme un calmante.

Aprovechaba bien el desayuno, me movía a todos lados caminando... conseguí un trabajo en una peluquería para hacer las manos los fines de semana... y hacía una comida suculenta en el día para ahorrar $.

La noche que me dormía temprano, cansada pero tranquila, me sabía despertar el celular...   a veces era él, pidiéndome perdón y colgaba. Otras veces eran las mujeres de Rincón, preguntando por dónde andaba o pidiéndome algún turno... yo les mentía diciéndoles que estaba haciendo cursos...

Faltaba tan poco para mi primer sesión!!

Su-Saraza


miércoles

Mi historia: Recuperando mi identidad

Llegué a Rincón con otra mentalidad. Mi realidad era que no tenía otra opción, volver a mi ciudad natal no podía, la situación económica había hecho estragos con los campos, la zona vive de él, mucha gente había tenido que cerrar los negocios y otros estaban sin trabajo.
Así que me mentalicé que mi vida ahí iba a ser diferente.

Para llegar al pueblo se tardaba 4 horas por camino de ripio, eran comunes los choques de frente por la polvareda que levantaban las camionetas en el camino.

Llegamos... fuimos a ver la casa, un barrio privado, él único asfaltado, cancha de basquet, todas las casas iguales, inmensas, el doble de grande que la anterior.
La primer noche la pasamos en hotel porque la mudanza llegaba al día siguiente.
Como siempre, sola para recibirla. Ya estaba canchera en el tema. La misma empresa de mudanzas te arma todo si lo preferís, pero yo, les hacía un planito con las habitaciones de la casa y todas las cajas tenían un rótulo: cocina, pieza 1, garaje, etc., después, tranquila, iba acomodando las cosas en su lugar.

A los días, llegó la presentación en sociedad. La "gerenta" (mujer del gerente) vivía a 3 casas de la mía y resultó ser una persona adorable. Recuerdo las palabras que me dijo al recibirme porque tanta sinceridad (después de lo vivido antes) me dejó perpleja:
- Hola, me llamo Estela X, soy maestra... en nombre de todas las mujeres te doy la bienvenida, esperamos que te sientas cómoda, cualquier cosa que necesites pegá un grito... ah! y desde hace 20 años soy la concubina del gerente de éste yacimiento.
Cuando me tocó el turno de presentarme lo hice con mi nombre y apellido sin de... me sentí mucho mejor, fue como volver a recuperar mi identidad.

Los días seguían pasando tranquilos, terminé de acomodar la casa, por primera vez usé la tarjeta de crédito y me compré un celular!!!
Fui a una peluquería y ofrecí mis servicios como cosmetóloga (no me importaba si quedaba mal que trabajara o no), ahí fue donde conocí a Juanchi y Diego, grandes pilares de mi incierto futuro.
Acordamos que trabajaría algunos días a la semana por la tarde, los demás días atendería en mi casa... poco a poco la gente me fue conociendo, me hice de amigos, disfrutaba yendo de vez en cuando a la pileta.

Íbamos seguidos a Neuquén porque había muchas limitaciones en el pueblo, no había hipermercados, faltaban varios negocios y ... lo sorprendente: el hospital no tenía quirófano, así que de existir un accidente, los que tuvieran una obra social buena, utilizaban el avión sanitario... el resto debería viajar 4 hs. ó 5 hasta llegar a Nqn.
Los partos eran programados, las mujeres, un mes antes alquilaban un depto. en la ciudad para ir a parir en el caso de adelantárseles... eso ayudó a que se me fueran las ganas de tener un bebé.

Pero... cuando el alma no anda bien, el cuerpo lo manifiesta... y empecé a sufrir de dolores contínuos en las lumbares, al punto de tener que inyectarme corticoides muy seguido porque en varias oportunidades no podía caminar, y así comenzó la rueda, corticoides cada vez más fuertes, vómitos productos de la gastritis producida por los medicamentos... corticoides.... hasta que consulté a un traumatólogo y después de una resonancia magnética el diagnóstico fue: dos enormes hernias de disco. Hay que operar.

Su-Saraza