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domingo

La crudeza del Amor (III)

4 meses pasaron desde esa tremenda noticia  para que Lucía pudiera volver a su casa, caminando con dificultad... pero... la vida debía continuar... sobre todo cuando hay hijos para criar.

Terminó de redecorar la casa en el campo (como lo habían planeado con Germán)... y allí partían los tres cada momento libre que ella tenía. Decidió volver a trabajar full-time, a compensar el tiempo que había estado ausente con sus hijos... necesitaba estar ocupada, el fantasma de su esposo todavía estaba en la casa.

Al año, los médicos la derivaron a la Capital para una nueva operación de cadera.
El destino quiso que se volviera a reencontrar con José María, su amor estudiantil. José se había casado, tenía una hija y se había separado... ¿sería ésta una nueva esperanza, lo que le deparaba la vida?.
No, él no había cambiado, se veía maduro, pero por fuera, por dentro seguía siendo el mismo chiquilín sin ganas de tener compromisos.
Aún así, ella dejó que la sedujera, necesitaba volver a sentirse viva.
Durante los meses siguientes comenzaron a verse esporádicamente, a mitad de camino, o cuando ella iba a su control.
Conoció a su hermana, a su hija... pero consideró que aún era muy pronto para que sus pequeños hijos supieran de la existencia de éste señor, así que continuó con su antiguo amor esporádico.

Lucy había amado profundamente al padre de sus hijos pero se convenció que ésta era su segunda oportunidad y que no la iba a dejar pasar, la experiencia le había mostrado que la vida es corta y hay que saberla disfrutar.

La última noche que estuvieron juntos él la llevó a cenar a un lujoso restaurante, y a mitad de la cena le contó de sus planes de conocer Egipto, ella escuchaba silenciosa...
- Me gustaría mucho que éste viaje pudiéramos hacerlo juntos...
¡No podía creer lo que escuchaban sus oídos! Tanto tiempo esperando una señal de que la relación iba en serio y ahora...
Había tanto por hacer!!, contarle a los hijos, preparar el viaje, faltaba tanto y sin embargo tan poco!!.

Los chicos aceptaron bien la noticia, si bien todavía no lo conocían,  veían a su madre de nuevo feliz.

Por las noches, antes de irse a dormir chateaban sobre el deseado viaje, hablaban largas horas por celular. En pocos días ella volvería de nuevo a la Capital para reencontrarse con él.

El viernes por la noche no lo encontró conectado, su celular estaba apagado, el sábado tampoco apareció. Pero el domingo recibió una llamada de la hermana de José María...
... el viernes a la tarde volvía en su auto para Bs. As. y cuando cruzó las vías... no vió el tren que venía...

Entónces Lucía se desplomó...


Su-Saraza

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