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martes

Siempre Tuyo

El primer amor, el primer beso, la primera caricia... el primer hombre...

Angélica tenía 15 años, Norberto 2o. Hay etapas en la vida donde no se nota la diferencia de edad.
Porque el folfklore lo exigía debía comenzar todo como un flirteo que poco a poco se convirtió en amor. Un amor tan grande y profundo que ni el tiempo logró romper.

Los ojos de ella brillaron de felicidad cuando lo vió aparecer en su fiesta de cumpleaños... ese fue el comienzo, vinieron días hermosos, felices, charlas interesantes hasta llegar a conocerse.

Pero todo no fue color de rosa... tarde, muy tarde Angélica se enteró de que él tenía otra relación y que cuando la conquistó estaba en un impasse, el cual le dio tiempo a seducirla y enamorarla.
El impasse llegó a su fin y como ella era su novia oficial, un buen día se casaron.

Angelica nada pudo hacer, tampoco tenía respuestas, sólo evasivas y dolor... mucho dolor.
Lo vio pasar frente a ella y lo siguió... se paró en la puerta de la iglesia sin una lágrima... todas vendrían después... porque el amor duele, y cómo!!.

Pasaron 6 años, llenos de broncas, impotencias, pero... cómo entenderlo, cómo explicarlo.

Una tarde se encontraron por casualidad. Fue muy fuerte verlo... y otra vez el dolor.

Tal vez por necesidad, por ser vulnerable pero a ella no le importó, se convirtió en su amante.

Y de nuevo, como la primera vez... surgió el amor. Pasaron los años y ellos seguían con su relación. Ya se manifestaban las primeras crisis en su matrimonio... pero ella no estaba dispuesta a renunciar nuevamente a su felicidad.

Pero.. las relaciones son de a dos y él no opinó lo mismo, volvieron a separarse. Angélica conoció a un buen hombre, quiso formar su familia, tuvo 2 hijos y se separó.

Las vueltas del destino la volvió a juntar con Norberto, primero por teléfono, después en su oficina, otras veces en el trabajo de él y nuevamente retomaron lo que habían dejado en el tintero. Y nuevamente siguieron sin importarles nada. Aprovechando cada segundo, cada ocasión para recordar el amor, para viajar en sueños y cumplir los sueños compartidos, para desear encontrarse en la otra vida sin nadie en el medio si fuese necesario.

20 años pasaron desde que aquella jovencita conociera a su amor... hubo de todo: dolor, engaño, traición, lágrimas, felicidad, deseo y pasión. Y la vida los reunió ya adultos.

Norberto sabe que ella siempre lo amó y que lo seguirá amando hasta el día de su partida. Es un amor difícil de entender... pero es auténtico.

Norberto reconoció el error, se lamentó por el y siente que debe hacerla feliz para resarcir tanto dolor.

Pero ya no hacen falta las aclaraciones... hoy estan juntos, regocijándose con las charlas, cumpliendo algun viejo proyecto, charlando sobre los hijos, la vida, el trabajo, sobre penas y alegrías... y de a ratos... ambos vuelven a revivir esa pasión.

Después de 25 años hubo cosas que no cambiaron: el mismo olor, las mismas miradas cómplices, las mismas caricias... el mismo amor.


Su-Saraza

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